Esta semana llegó un correo a Zuplemento:
«Busco información acerca de la caricatura La zorra mañosa, que aparecía en el encarte dominical de El Universal»
Cuando voy a buscar en Google «La zorra mañosa», hay solo 24 (veinticuatro) resultados nada más. Y de esos, solo 4 son relativos al personaje. Y, de esos 4, hay 2 que son de publicaciones mias en Zuplemento (solo menciones, además):
Muy probablemente este post será la primera vez en décadas que muchas personas vayan a volver a ver a este personaje. Pero ¿Por qué se desapareció de la faz de la tierra?, ese es un misterio digno de resolver por la propia Zorra Mañosa. Aquí la respuesta:
En inglés es conocida como Slylock Fox, de hecho la tira se llama ‘Slylock Fox & Comics for Kids‘, que en español sería el ‘Zorro Astuto Y Cómics Para Niños’. Hay una expresión gringa que dice «Sly as a fox» que viene a ser «Astuto como un zorro». Por ahí viene la cosa: ‘La Zorra Mañosa’ no es la traducción lógica/ideal que se tendría, y, bueno, por lo visto nadie hasta este 09 enero del 2024 había documentado la cosa en español.
Los dejo con la historia traducida según toonopedia.com:
Medio: Cómic de periódico
Distribuido por: King Features Syndicate
Apareció por primera vez: 1987
Creador: Bob Weber Jr.Slylock Fox & Comics for Kids no es ni mucho menos el primer cómic dirigido a lectores muy jóvenes. Pero es uno de los pocos que se publican en prensa, destinado exclusivamente a ese grupo demográfico, y es el primero citado por la prestigiosa Parent’s Choice Foundation por su excelencia a la hora de proporcionar entretenimiento sano a los niños.
El dibujante detrás de Slylock Fox, Bob Weber Jr., ha sido al menos una parte periférica de la escena del cómic desde que era incluso más joven que la mayoría de sus lectores actuales. Su padre se convirtió en ayudante de Dick Cavalli (Morty Meekle) cuando Junior tenía unos dos años, y además dibujaba viñetas para revistas. Moose Miller [Quintín Perez], de Bob Weber padre, empezó seis años después, en 1965, así que Bob hijo creció aprendiendo cómo se crean los cómics. En 1978, cuando tenía 21 años, se convirtió en ayudante de su padre en esa tira, y luego pasó a trabajar para King Features Syndicate, que ha distribuido todo tipo de cómics, desde Flash Gordon a Krazy Kat. A través de King, lanzó Slylock Fox & Comics for Kids el domingo 29 de marzo de 1987.
El suplemento Slylock Fox no es, estrictamente hablando, un cómic, en el sentido de que no cuenta una historia en una secuencia de paneles. Consiste en rompecabezas, pruebas, demostraciones de cómo dibujar y cosas similares, todas ellas diseñadas para ejercitar las capacidades mentales y de observación de los lectores, e ilustradas con imágenes claras y sencillas diseñadas para atraer al público objetivo. Contienen muchos chistes para atraer a los niños y hacer que vuelvan. Las tiras diarias suelen constar de una de ellas, mientras que los domingos presentan varias.
Slylock en persona no aparece todos los días (pero siempre forma parte de la mezcla los domingos). Cuando está en escena, él y su ayudante, Max Mouse, deben resolver un misterio, salir airosos de una situación peligrosa o utilizar sus cerebros para lograr los resultados deseados. El problema se plantea en forma de texto, con pistas dispersas en la ilustración que lo acompaña para que los lectores puedan descubrir la solución por sí mismos. Entre los personajes secundarios figuran el jefe Mutt (que, a diferencia de la mayoría de los policías de las historias de detectives, anima activamente al detective a ayudar) y el villano Count Weirdly [Conde Extraño].
Al igual que Dragon Tales y Clifford el Gran Perro Rojo, Slylock Fox & Comics for Kids tiende a ser ignorado por los aficionados a los dibujos animados, que generalmente prefieren las cosas dirigidas a su propio grupo de edad. Pero el hecho de que King Features lo distribuya a más de 400 periódicos constituye una prueba irrefutable de que goza de la estima de sus destinatarios.
Arriba mencionan al papá [QEPD] de Bob Weber Jr, quien es el creador de Moose Miller, que en español se hacía llamar Quintín Pérez [wiki]. A finales de los 90’s la tira se pasó a llamar Moose y Molly. Se solía publicar junto a La Zorra Mañosa en el suplemento de El Universal, que era el periódico que compraba mi papá los domingos.
Bob Weber Jr. también se lanzaba esta tira de Bonnie and BooBoo, que no recuerdo si tenía alguna traducción rara al español. Capaz siempre era en el marco de La Zorra Mañosa, o no recuerdo tampoco si llegaron a tener su tira individual. Lo que sí te puedo decir es que me dió rolo de flashback cuando me atravesé con la muñequita haciendo esta investigación. Creo recordar que para mí era como un estilo tipo Calvin And Hobbes de pobres:
Para cerrar los dejo con una «historieta» completa de La Zorra Mañosa en toda su gloria, con su compilado de varios pasatiempos y tutorial de cómo dibujar. Es español (!), con la traducción original, y del 2023. Por cierto, no usan el nombre de «La Zorra Mañosa», su autor lo llama en español «Zorro Astuto», o «El Detective Fox» o «Solo Para Niños»:
Dato curioso: La Historia [evolución] De Count Weirdly.
Ah, Juan, quien nos escribió el mail inicial, también comentó en otro correo:
«Era mi favorita cuando salía en el suplemento de los domingos en el Universal»
La mia también. Si sabes de alguien por ahí guardadoos suplementos dominicales del periódico ¡Avisa!
Dejame agregar una imagen más, ahora sí para cerrar, porque está muy comiquera:
Los comentarios y donaciones son bienvenidos:
A la hora del obituario, las palabras sobran. Si estás leyendo esto en Zuplemento, no creo que tenga que explicarte cuál ha sido la importancia de Stanley Lieber en el arte secuencial, ni cuánto le puso para convertir a un medio infantil en un arte hecho y derecho. Habría que ver la vaina en perspectiva: Uno de los peores trabajos que podías desempeñar en los años 50’ era el de artista de cómics. Era una empresa donde los únicos conocidos eran Siegel y Shuster, creadores del superhéroe más famoso de la tierra, pisoteados por su empresa matriz. En farmacias y tienditas, había números de Sheena, El Llanero Solitario y Magnus the Robot Fighter, aventuras pulp de hombres musculosos y mandíbulas cuadradas. Invulnerables y monótonos, Wonder Woman y Superman tenían sus propias aventuras, en la época en que Batman, el mejor detective del mundo, resolvía un robo de pasteles para truncar los planes de un Guasón idéntico en actitud a la bruja del Mago de Oz.
Compara a un personaje de cómics de los 60’ con lo que Marvel hacía: Peter Parker se odiaba. Era torpe, flaquito y le tenían un bullying inclemente. La chica que le gustaba no le paraba, era huérfano y pobre. Bruce Wayne jamás tuvo que preocuparse por hacer un repelente de tiburones, porque era millonario; hay un episodio temprano del Hombre Araña en que, deprimido y recién acoñaceado por el Vulture, Peter se da cuenta de que no hay más plata para comprarle medicina a su tía May. Se siente culpable e impotente. ¿Qué beneficios le reporta pelear contra genios malignos, si eso no paga las cuentas?
Para un momento y piensa en eso. Cuarenta años de industria donde, si querías seguir a un artista o autor particular, te tocaba sentarte y comparar revistas, buscando coincidencias. Stan generó un nexo directo con sus “true believers” y eso dio paso a convenciones donde los fans de Marvel iban a conocer a John Romita y a Steve Ditko, los primeros eventos que pasarían a ser el moderno Comic-Con. George RR Martin, Chris Claremont y Frank Miller estaban entre esos primeros feligreses.
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Eduardo Próspero
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